jueves, 2 de diciembre de 2010

" KEMAZÓN EN LA ADUANA "



      …Ingresamos por la calle Barros Arana, penetramos nerviosamente por un inmenso portón  de madera pelusienta  discretamente abierto, una vez adentro de esa inmensa casona de madera comenzamos a buscar las escaleras para llegar a los pisos superiores…

       … Estábamos situados en lo que parecía una amplia bodega para almacenar materiales del puerto y  libros de todo tipo; pilas de archivos de vieja data, balances de gestión, dictámenes  por doquier, caleta de información de abultados  embarques, movimientos marítimos de todo tipo, y una que otra cifra mula para aumentar un poco las arcas de la familia; los cuadernos de actas con sus paginas rugosas  estaban esparcidos por el piso de tablones torcidos por el tiempo , los archivadores descansaban arrumados sobre una improvisada repisa, que estaba clavada torpemente sobre las inmensas  vigas  verticales de pino oregón,  que soportaban todo el peso de la antigua mansión Georgiana…

     … nos fijamos en una interminable escalera que conducía al piso que quedaba a nivel con la avenida Prat…

    … de repente …
    
    …  ¡ hey, jardinero!...

    …  acá !…

    … en un rincón alejado y oscuro de la bodega, estaban sentados sobre unos barriles de yodo aplicando de lo lindo  el “flota” y el “carabonita”,  amigastros de juventud y de un dudoso futuro…

     … el “carabonita” (  le decían así por su tez blanca, su nariz respingona, y su cabellera de un rubio nortino intenso) estaba totalmente ido, pasmado, tenía en ese momento una bolsa de plástico entre sus manos y por sus fosas nasales segregaba un liquido amarillento y asqueroso…

     … el “flota” ( le decían así porque su viejo era chofer de los buses  Flota Barrios) ya medio cocío  , acercándose una caja de vino a su jeta morada,  le preguntó con su voz carrasposa al “jardinero loco”…

     … ¿vienen a robar cobre?…

     … Baypaseamos al parcito ese y nos dirigimos sigilosamente a los pisos superiores en busca de la cocina y los baños…
 
    … El calor era sofocante,  y el aroma a encierro y  abandono aumentaban la sensación de angustia y miedo…

     … subimos por una interminable escalera que llagaba hasta un balcón, como una especie de mirador hexagonal que estaba ubicado en la parte superior del antiguo edificio consistorial, desde donde se divisaba todo el puerto y sus calles desiertas…

…¿Dónde están los baños?...
…le pregunté nerviosamente al “jardinero loco”…
… no me respondió…

… Seguimos buscando en silencio por todas las habitaciones abandonadas del caserón, hasta que por fin encontramos los baños…

… el “jardinero loco” abrió su mochila y comenzó a desenfundar una serie de llaves y machinas como un experto fontanero… mientras tanto yo miraba con detención donde estaban instaladas las cañerías de cobre… comenzamos en silencio el deshuese…

… el “jardinero loco” se agazapó frente a una tubería de tres cuarto con cara de un gran hallazgo  … no quería cortarla, quería sacarla con los ñiples y los codos… esta pesa caleta …dijo …sudando intensamente…

… me dirigí hacia la parte baja , donde el parcito ese… para pedirle una lleve que necesitábamos para aligerar la faena…

… cuando llegué abajo el “carabonita” seguía flopeando… flopeando…  encendiendo fósforos y lanzándolos hacia los libros arrumados…

…¡¡¡ heeyy!!!...  “ flotaaa”… dile al “carabonita” que corte el weo… va  dejar la cagá !…
… el “flota” empinándose un pencaso con una sed de mierda…  respondió con su voz carrasposa…  ese weón esta en otra …

…sin darme cuenta llegué a los baños nuevamente , el “jardinero loco” estaba listo con una serie de cañerías de cobre cortadas y tratando de meterlas en su mochila …

… mientras tanto el “carabonita” seguía flopeando… flopeando… con los mocos colgando y su mirada extraviada en lo inevitable… con sus ojos distorsionados , que a su vez reflejaban como una inexacta venganza, los fósforos encendidos por el aire …

… dejamos  la raya hacia la panteón para repartirnos el bagallo y enrollar uno para relajarnos …

… las sirenas de los bomberos replicaron en los altos cerros como un esperado y trágico presagio… interrumpiendo la milenaria siesta de los tocopillanos…

… se está incendiando la Aduana !!!... se está quemando la Aduana  !!!...  gritaban  los cabros chicos corrriendo a patapelá por Barros Arana…

… observamos sobrecogidos hacia la nefasta extinción y hacia la gran humareda   que poco a poco cubría el cielo de negro …

… nos miramos con el “jardinero loco” y se nos vino una sola imagen a la mente…

…¡¡¡ el “carabonita” !!!...

...  el "jardinero loco" (le decián asi por su maestría en el cultivo hidropónico dentro del closet)...









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